Hoy plantamos: La Caléndula

Naturaleza | 11/11/2020

A los que nos gustan las flores, cuando caen las hojas de los árboles y vemos que el frío va apareciendo por la esquina, pensamos que no podremos tener un jardín bonito durante el invierno. Pero nos equivocamos.

En pleno invierno, la Caléndula está en todo su esplendor. Sus grandes flores naranjas (o bien amarillas en otra de sus variedades) lucen estupendas cuando hace frío. Es fantástico ver ese color por todas partes. Para que esto suceda, después del verano, podemos ir a comprar o, si tenemos suerte, nos pueden regalar una planta de Caléndula para plantar en nuestro jardín.

En primavera, se siembran sus semillas que brotan durante esa estación para que,en otoño, la planta tenga un tamaño óptimo y así trasladarla al jardín (si es que la tenemos en una maceta). En invierno, su floración es espectacular.

En cambio, en verano, sus flores se secan para dejar paso a un montón de semillas que se esparcen por todas partes. Así pues, cuando hace calor y sus flores dejan de lucir, es momento para cortar sin miedo la planta. Pero no os preocupéis, habrá echado tantas semillas que seguro que ya estarán brotando a su alrededor. Así, continua su ciclo y volveremos a tener una floración preciosa en invierno pero todavía más abundante, claro.

En una temporada, podréis ver cómo se ha reproducido y como va cubriendo el terreno. En dos temporadas, el crecimiento es exponencial. Sin embargo, también tiene sus inconvenientes. **La Caléndula produce tantas semillas que se esparcen por todas partes **y acabamos teniendo nuevas plantas donde, seguramente, no queremos que salgan. Hay que estar bien atento e ir quitándolas para deshacernos de ellas o, bien, replantarlas donde queremos que se reproduzcan. De ésta manera, se expandirá todavía más deprisa. Fácilmente, podemos tapizar todo un terreno en pocas temporadas ya que las demás hierbas no tienen tiempo de crecer mucho. El manto naranja lo invade, pero atención que no lo invada todo.

Poner caléndulas bajo árboles cítricos es un lugar idóneo. A esto se le llama "Asociación de cultivos o cultivo asociativo". Este método consiste en cultivar de forma conjunta varias especies vegetales que se ayudan mutuamente. En este caso, la Caléndula evita ciertas plagas que suelen atacar a los cítricos y ayuda a mejorar algunas enfermedades que pueden tener los árboles. La necesidad de riego de ambas especies es relativamente parecida, con lo cual tenemos una combinación estupenda.

Si esto fuera poco, la Caléndula es muy útil también en horticultura. Sus llamativas flores atraen insectos beneficiosos que actúan frente a plagas de ciertos cultivos pero, también, a polinizadores. De esta manera, los insectos que se ven atraídos por sus flores, lo tienen más fácil para ir a las demás flores de los cultivos que tengan a su alrededor. Su utilidad es estética pero además mejora la productividad y sanidad del huerto.

Y por último, una de las grandes utilidades de la caléndula es a nivel medicinal. Muchos productos cosméticos llevan extractos de esta planta ya que son muy útiles para trastornos cutáneos. Es antiinflamatoria y regenera la epidermis con lo cual es muy útil para tratar la dermatitis, el escozor, las cicatrices, las heridas ya secas o incluso las picaduras. Es muy fácil hacer aceite de caléndula en casa para usarlo siempre que lo necesitéis.

Para elaborar el aceite de forma casera, podéis comprar las flores ya secas en un herbolario o, bien, recoger vuestras propias flores del jardín. Si optáis por esta última opción, podéis usar toda la planta pero el aceite macerado sólo con las flores será mucho más potente. Para ello, es mejor recoger las flores cuando están bien abiertas y les está dando el sol ya que , así, es cuando tiene mayor concentración de sus propiedades. Una vez recogidas, hay que dejarlas secar bien en un lugar fresco y que no le de la luz solar. Lo ideal sería que las flores no se tocaran entre ellas pero, si no tenéis mucho sitio, ir removiéndolas para que no se pudran. Cuando los pétalos crujan, ya estarán secas.

Así pues, cuando tengamos las flores secas, ya sean compradas o secadas en casa, llenamos un bote de cristal y las cubrimos con un buen aceite (nosotros usamos de oliva virgen extra). Es importante que estén bien secas ya que de este modo no se estropea el aceite. Justo después, guardamos el bote bien cerrado en un armario y lo dejamos ahí 40 días, más o menos, removiéndolo de vez en cuando para que vaya cubriendo bien todas las flores. Una vez pasado este tiempo, si lo hemos hecho bien, el color del aceite debe ser anaranjado-rojizo cosa que nos muestra que las propiedades de la planta han pasado al aceite. Una vez que se haya colado y no queden restos de flor, ya se puede usar.

Estamos enamorados de esta planta, no se puede decir de otra manera. Pero es que, con todo lo que os acabo de contar, ¡no es para menos!

¿Entonces qué? ¿Hoy plantamos Caléndula?