Existimos por el azar, como por un cantar existimos, como por una melodía tántrica florecimos, en un continuo eterno, discreto y sinuoso nos mantenemos, cansados o enérgicos resistimos.
El viento aletea vigoroso transformando los destinos, incansable movimiento infalible, cosecha de acontecimientos no rectos ni finos, son gruesos, expansivos, poco definidos.
Un mantra universal, lúcido y vivo, que vibrando nutre y alimenta este todo unido.
La sospecha de algo grande y travieso, nada perezoso y muy decidido, os he puesto en la palestra, y deseo que os alumbre el camino.