Masa crítica

Opinión | 29/08/2022

La masa gruñe apretada, la compacta tensión enmarca a sus cuerpos que se deshidratan de tanto odiar y maldecir.

El cuerpo extraño avanza sin domesticar, alargando sus extremidades gelatinosas, atrayendo a más mugre decadente.

A borbotones se destila, entre las fauces sangrantes del lípido conglomerado putrefacto, un hedor salino, amargo, que recorriendo en vertical huida, alcanza el cielo degradando su bello cromatismo azulado.

El tumor se ensancha, adquiere formas irregulares en su intento de emponzoñar todo lo que encuentra a su paso, sin fuerza contraria desinfectante, sin un tratamiento radical, sin cirugía de guerra que lo cercene, lo mutile.

La carroña zombificada de corta lumbre intelectual se daña entre ella por fricción sádica, violenta, desde su propio centro de creación.

La viscosa adherencia de la superficie gotea, se desprende en pedazos sanguinolentos enrareciendo el ambiente con un olor pestilente y rancio.

Llegando a la culminación critica de su proceso destructor, el quiste inflamado por humores pustulantes revienta, implosiona ferozmente, desplazando por el aire una lluvia pesada de materia orgánica húmeda, rojiza, pervertida.

Al desparramarse toda su organización física, los restos buscan donde asirse, para subsistir en cualquier otro huésped incauto, cabreado, sin esperanza.

Un acontecimiento cotidiano, global, exagerado, animal, poderoso.

Un suceso peligroso que se multiplica.

Un aviso urgente, una democracia en extinción.

Renace un odio antiguo, añejo, prehistórico.

Buen viaje.