Paseos por el bosque: El Hinojo

Naturaleza | 17/11/2020

En este momento del año, si nos damos un paseo por caminos cercanos al bosque, podremos encontrar hinojo por todas partes. Ahora es buen momento para recoger sus semillas.

Esta planta es típica del Mediterráneo y muy fácil de encontrar y reconocer ya que es muy resistente y está bien adaptada a nuestro clima.

Así pues, si os decidís por ir un día de estos a recoger hinojo, tenéis que buscar plantas altas con un tallo fino y bien alto ya que, con la floración, se alzan a más de metro y medio con sus flores en la cima. Una vez las flores han marchitado, aparecen sus semillas que, cuando se tornan grisáceas/marrones, ya podemos recogerlas.

En este momento, encontraréis ambas cosas: plantas con flor y plantas ya con semilla. Si encontráis mucha flor, podéis volver unos días más tarde y ver la evolución de su semilla.

Y bien, ¿cómo reconocerla? Sus hojas no son las típicas ovaladas que todos tenemos en mente. Sus hojas y tallos son como filamentos, finos y alargados. Sin embargo, hay otras plantas que también tienen esta forma con lo cual debemos profundizar un poco más para poder reconocerlas bien.

Así pues, hay algo que no puede fallarnos. Su olor. Si creéis haber encontrado hinojo, romper un tallo y olerlo, tiene un olor fresco muy parecido al anís. ¡Es inconfundible!

Si habéis encontrado hinojo, ¡felicidades! Aquí empieza lo bueno.

Ahora podéis aprovecharlo todo. Si conseguís las semillas, recogerlas y guardarlas un par de días en un lugar fresco y seco para que se acaben de secar. Una vez secas, almacenarlas en un bote y os pueden durar mucho tiempo para poderlas usar en guisos, ensaladas o, bien como hacemos nosotros, en infusión.

Las propiedades más conocidas del hinojo son aquellas relacionadas con los problemas digestivos ya sean flatulencias, nauseas, mala digestión o dolor de estómago, por ejemplo. Se conocen otras aplicaciones en fitoterapia como regulador hormonal pero prefiero que investiguéis en diferentes fuentes para comparar y decidir por vosotros mismos. Lo que sí os puedo decir con toda seguridad es que su olor y sabor (es la parte más intensa) ayuda a tomar la infusión. Y, si no os gusta, siempre podéis añadir miel, limón, canela, menta... sed creativos!

Además, la semilla no es la única parte útil. Sus hojas, tallos y el bulbo que crece dentro de la tierra, son también comestibles. Las hojas, en el momento de la floración, no son muy abundantes ya que la planta se centra en producir flores y no en su follaje, pero en primavera o incluso en invierno, podéis encontrar plantas bien tupidas. Si os gusta su olor, su sabor es muy parecido. Recoged una cantidad de hojas y usadlas hervidas con patatas, por ejemplo, a modo de verdura.

Si, por otro lado, os gustan las ensaladas, probad con el bulbo. Es una tarea pendiente que tenemos, la verdad, pero sé bien que, una vez limpio, se puede cortar y usar crudo en ensalada. Si no os atrevéis a desenterrar, probad con el que venden en muchas fruterías. La cuestión es investigar e ir deleitando y seduciendo al paladar con gustos y olores distintos.

El hinojo es una planta utilizada desde hace siglos en nuestras tierras, la tenemos muy cerca de casa, se utiliza casi por completo y tiene un sabor y una fragancia que despierta los sentidos.

¿Por qué no aprovecharla?

¡Animaros y salid a dar un paseo por el bosque a ver si la encontráis!