Nuevo día

Místicos | 25/11/2022

Hierve la ortiga en la tetera de barro, el aire silba entre la falta de uniones. El frío se intensifica endureciendo las manos y el sol inmenso trata de introducirse en mi penumbra.

Las voces de los madrugadores alados son una invitación al optimismo. A mi santo iluminado por las extremidades inconmensurables de la luz primera, lo mira mi gato sensible a lo extrasensorial. Yo procuro ser leal ante todo.

La ventana que no he abierto espera crujiendo. El melodioso cantar se acerca corriendo. Las mañanas de todos los demás son imperceptibles, solo se escucha el despertar íntimo.

El recuerdo cada día nos recuerda para que no nos olvidemos; y los cafés bien hechos son arte. Una butaca pesada está siempre en su sitio, una mujer atractiva recorre el pensamiento de muchos.

Nada puede paralizar un sobresalto y mucho menos el llorar de un niño, tampoco el hambre. Dios puede que exista y si no, se inventa y si no, no existe.

Las formas confunden al murciélago, pero no la oscuridad.

Si te atrevieras a abrir ese armario soñarías por las noches con más admiración por el surrealismo.

Hoy ayuno.

Buen viaje.