Solíamos

Místicos | 25/10/2020

Solía llover siempre, día tras otro, y también solía salir el sol haciendo visibles las gotas en las alturas. Solíamos mirar el espectáculo hídrico, y solíamos sentirnos en paz, solían ser momentos únicos y más sinceros que otros más vistosos y funcionales. Solíamos aguantar la vista pocos segundos en la escena de humedades resplandecientes, solíamos dejarlo estar y desvincularnos del jolgorio inusitado. Solíamos volver al estado de agitación, solíamos restarle importancia a las diminutas epifanías rutinarias, solíamos desfallecer y, vendiéndonos al automatismo animal, solíamos estropearlo todo.

Solíamos volver a intentar recuperar instantes de gloria estática pero solíamos acrecentar nuestra incapacidad de reencuentro con la fuente, por el hecho del olvido de la ruptura constante. Solíamos reestablecernos y rellenarnos de imitaciones y sucedáneos, solíamos justificarnos y mantenernos firmes frente a la libertad. Solíamos girarnos y aumentar la distancia entre nosotros y la esencia, solíamos pensar que era la mejor decisión y, por consiguiente, solíamos errar.

Al final, solíamos llorar de impotencia y jurar, solíamos aferrarnos demasiado fuerte al primer arrebato de evolución transformadora y terminábamos por consumirnos en la frustración por no alcanzar y reencontrarnos con los momentos ya añejos de la lluvia iluminada. Solíamos sentirnos decepcionados y volvernos más tercos y, en bucle, solíamos retroceder para de nuevo, en un día cualquiera, darnos cuenta que se suele volver a transitar ciertos estados y sensaciones, y solíamos volver a empezar...

Y salíamos a contemplar la lluvia, día tras otro, visible en las alturas.....

Solíamos volver a vivir....